Trucos de corrección

Lanzando conjuros – Leer en voz alta

¡Saludos, malabarista de palabras!

Hoy te traigo un truco que aprendí hace bien poco y que me ha resultado muy útil a la hora de puntuar bien mis textos y detectar erratas: leerlos en voz alta. Sí, sí, has leído bien. No es cosa de broma. Es más bien cosa de magia: la magia de la mente.

El secreto de esta receta reside en cómo está diseñada nuestra cabeza.

El cerebro es un listillo, ¿sabes? Le gusta correr, y ha desarrollado estrategias para hacerlo, especialmente cuando leemos. Esto, que es una gran ventaja para los lectores, puede convertirse en el peor enemigo de escritores, correctores y editores. Cuando se trata de pulir un texto, conviene frenar un poco el ritmo de lectura. Si haces que tu mente lea más lento, verá cosas que de otra forma suele pasar por alto.

Por eso voy a distinguir entre dos formas de lectura y sus beneficios para los lectores y los escritores: la lectura en silencio y la lectura en voz alta. La principal diferencia entre estas dos es la cantidad de áreas del cerebro que cada una de ellas activa.

Cuando pones en marcha la voz se activa una parte de tu cerebro que no trabaja cuando lees en silencio. A continuación, malabarista curioso, te explico los mecanismos internos de estos dos modos de lectura:

  1. Cuando lees en silencio estás trabajando principalmente con el área visual de tu cerebro. Lees las palabras, pero muchas veces no las lees letra por letra. Para agilizar la lectura, tu cerebro toma tres atajos que, combinados entre sí, suelen dar lugar a las erratas y fallos en la puntuación.
    • Reconocer formas: tendrás más dificultad para distinguir palabras que tengan una forma parecida, especialmente si ambas existen en tu idioma y el corrector no las señala. Porque, para qué engañarnos, yo también me he malacostumbrado al hechizo corrector de Word o de programas mejores, pero ninguna magia es infalible, y menos si se trata la oscura magia de las máquinas.
      • Ejemplo: cuenta y cuanta.
    • Deducir del contexto: cuando no conoces una palabra, puedes deducir su significado por el contexto. De la misma forma, el cerebro puede atribuir un significado equivocado a una palabra que sea similar en forma a la que querías haber puesto en el texto pero que tenga letras diferentes.
      • Ejemplo: acción y aceión.
    • Recordar el texto: como autor de tu propio texto, la memoria te puede jugar una mala pasada. Sabes lo que has escrito y lo que quieres decir en cada párrafo, y es fácil que de esta forma añadas mentalmente preposiciones y conjunciones de forma espontánea aunque no estén en el texto.

Estas tres tareas que el cerebro realiza para ahorrar tiempo y agilizar el trabajo a los lectores te ponen la zancadilla cada vez que llega la hora de pulir tus textos, y suele hacerte pasar por alto cosas que una lectura más pausada detecta al vuelo.

  1. Cuando lees en voz alta, no sólo trabajas la parte visual de tu cerebro, sino también la motora: la de la dicción. Como ya habrás experimentado alguna vez, piensas mucho más rápido que hablas. Al obligar a las palabras a pasar por nuestra boca, el ritmo de lectura se ve frenado por las necesidades de pronunciación, así que nos detenemos más tiempo en cada palabra y se vuelve mucho más sencillo detectar las erratas.

Espero que este truquillo de malabarista te haya resultado útil, porque ahora viene lo más difícil: ponerlo en práctica. Lo sé, lo harás en los dos primeros textos, y luego lo olvidarás.

A mí ya me ha pasado, y más cuando he tenido que enfrentarme a la revisión de una novela completa. La tarea se puede volver abrumadora y acabas callándote de puro agotamiento. Pero no lo hagas. Persiste. Merece la pena. Verás cómo las erratas aparecen ante tus ojos de forma tan mágica que parecerá que le estás lanzando un conjuro revelador al texto.

Y si encuentras alguna errata en este texto es porque… ¿adivina? Exacto, no lo leí en voz alta. Es broma, en realidad sí lo hice, pero ninguna corrección es infalible. Después de todo, solo somos humanos jugando a crear magia.

Y tú, ¿qué trucos utilizas para corregir tus textos? ¿Cómo escapas del lector interno que va por delante de tus ojos? Compártelo conmigo en los comentarios, ¡quiero aprender más!

Y esto es todo por hoy. Te deseo inspiración en tus historias, buena pluma para escribirlas y sabias tijeras para pulirlas. Hasta pronto, alma curiosa.

10 comentarios en “Lanzando conjuros – Leer en voz alta”

  1. Me siento super identificado con la entrada. Cuando empecé a escribir más seriamente, repasaba lo que había escrito mentalmente. ¡Todos los errores que has mencionado los tenía (y los tengo a día de hoy)! He confundido dos palabras que se escriben de manera parecida, he obviado una palabra o la he escrito dos veces, me he expresado de una mala manera que no ha sido la que yo quería…. Me costó mucho a releer en voz alta. ¡Muy buen post!

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    1. ¡Muchas gracias, Joel!
      Es un recurso muy útil que yo me tengo que recordar a menudo, porque lo normal no es ir por ahí leyendo textos en voz alta. A mí de hecho me da vergüenza, pero hay que tragársela por el bien del texto. Cuando son especialmente largos (el capítulo de una novela, por ejemplo) me pasa que voy bajando el volumen y acabo leyendo mentalmente sin darme cuenta, jajaja. Así que hacia la mitad del capítulo tengo que reactivar sistemas.
      ¡Un abrazo!

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    1. ¡Hola, Isabel!
      A veces desechamos los trucos más sencillos porque nos parecen una tontería, pero que algo sea fácil no quiere decir que no sea efectivo.
      No sé, digo yo que mejor algo sencillo y eficaz que algo complicado e igualmente eficaz 😉
      ¡Un abrazo, gracias por comentar!

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